A algunos seguro que os sonará esto...
A mi me pasaba lo mismo con Tomás, siempre que pasaba por la parcela de un vecino, que tiene un Pastor Alemán , se volvían locos los dos.
Lo peor eran los tirones de correa, porque el Pastor Alemán no paraba de ladrar, y Tomás, mi Bóxer, se ponía más "loco".
En un principio, lo que hacía, era no pasar por esa calle, porque casi no podía sujetar a mi Bóxer.
Un día se me ocurrió pasar corriendo con mi Bóxer atado. Al principio, tenía que parar varias veces, porque no conseguía que Tomás ignorara al perro. A los pocos días, conseguí que lo ignorara y sólo se centrara en correr.
Después de esto, empecé a pasar por esa zona, pero andando rápido, al principio también tuve que parar varias veces, o acelerar el paso para que no se parara. Pero conseguí al tiempo que lo ignorara del todo.
Actualmente puedo decir, que paso por la zona del perro andando tranquilamente, y aunque Tomás llore porque el otro no para de ladrarle, no tira nada de la correa.
Lo peor eran los tirones de correa, porque el Pastor Alemán no paraba de ladrar, y Tomás, mi Bóxer, se ponía más "loco".
En un principio, lo que hacía, era no pasar por esa calle, porque casi no podía sujetar a mi Bóxer.
Un día se me ocurrió pasar corriendo con mi Bóxer atado. Al principio, tenía que parar varias veces, porque no conseguía que Tomás ignorara al perro. A los pocos días, conseguí que lo ignorara y sólo se centrara en correr.
Después de esto, empecé a pasar por esa zona, pero andando rápido, al principio también tuve que parar varias veces, o acelerar el paso para que no se parara. Pero conseguí al tiempo que lo ignorara del todo.
Actualmente puedo decir, que paso por la zona del perro andando tranquilamente, y aunque Tomás llore porque el otro no para de ladrarle, no tira nada de la correa.
Un BoxerAbrazo
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